La Inspección Técnica de Edificios (ITE) ya existía, pero el número de expedientes era casi residual. Desde julio de 2012 es obligatoria para edificios de más de 45 años.
Para todos los edificios de más de 45 años es obligatorio exhibir el certificado de aptitud para vender una vivienda. Y es que el paso del tiempo afecta a la estructura de una casa por mucha pintura que usemos para aparentar buen aspecto.
Coste: el mínimo aconsejado por los colegios es de 450 euros por edificio
Como explican en Plan Reforma, la ITE es como la ITV de un vehículo. Consiste en la inspección visual del edificio por parte de un técnico cualificado para determinar que éste es seguro tanto para los residentes que lo habitan, como para los viandantes. Se considera técnico cualificado a un arquitecto, aparejador o ingeniero.
Todos los inmuebles de más de 45 años deben pasar la ITE cada 10 años. Una vez realizada la inspección, el arquitecto realiza un certificado que entrega al organismo oficial de la Comunidad, quien emite un certificado de aptitud.
Pasar la ITE no es un trámite demasiado complejo, suele rondar entre los 6 y 10 euros por entidad. El mínimo aconsejado por los colegios profesionales es de 450 euros por edificio. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los requisitos de la ITE, su coste, las ayudas, etc. son muy variables, y la calidad de los informes también, pues no incluyen estudios exhaustivos ni pruebas homologadas, algo que –considera– sería necesario, además de una garantía para los usuarios.
Un banco puede denegar la hipoteca para un piso que no haya pasado la ITE
Cuando en la inspección se detectan problemas en el edificio, se actuará dependiendo de su gravedad. Si son temas graves, estructurales, la comunidad deberá contratar a un arquitecto que gestione las obras de rehabilitación y, una vez terminadas, volver a presentar el certificado al organismo oficial. Si son complicaciones leves, la solución entra dentro del mantenimiento normal del edificio.
¿Merece la pena arriesgarse a no pasar la ITE? Es cierto que los organismos oficiales no hacen inspecciones de oficio para poner multas, pero si ocurriera algún incidente –un desprendimiento de parte de la fachada, por ejemplo–, podría agravarse considerablemente la sanción a la comunidad.
No pasar la ITE puede tener otras consecuencias negativas; por ejemplo, según la OCU, que el banco nos deniegue la hipoteca. En teoría, desde julio de 2012, para vender una vivienda de un edificio de más de 45 años es necesario exhibir el certificado de aptitud.
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